Desde el "punto cero" de Járkov, las fuerzas ucranianas vigilan el avance ruso
Desde un refugio a las afueras de Járkov, en el noreste de Ucrania, Petro, un capitán del ejército ucraniano, observa el horizonte y, extendiendo el brazo, traza la línea que lo separa de sus enemigos.
A la izquierda, la tierra está en manos ucranianas, dice este hombre de 42 años. A la derecha, los rusos están atrincherados y bombardean sin cesar la segunda ciudad de su país.
"No puedo decir cuánto tardará", explica. "El enemigo se está atrincherando, haciendo un frente, tratando de ganar un punto de apoyo", continúa.
Petro, que antes de la guerra ejercía como ebanista en Suiza, se encuentra en el "punto cero", el lugar donde ambos bandos se enfrentan.
Durante una visita a la línea del frente el domingo, los soldados ucranianos pidieron a la AFP que no revelara la ubicación exacta ni los detalles de las posiciones ucranianas.
En el lugar vive un grupo de combatientes, apiñados en posiciones fortificadas y rodeadas de tierra.
Solo se aventuran en pequeños grupos para esquivar la atención de los vigías rusos, que podrían lanzar tiros de artillería, que resuenan sin cesar en toda la zona.
"Queremos y hacemos todo para destruir al enemigo lo antes posible", dice Petro, cargando un enorme rifle con cuatro cartuchos de munición atados a su pecho.
- Partida de ajedrez -
A finales de marzo, Rusia anunció que iba a centrar su ofensiva en el este y el sur de Ucrania y replegó sus fuerzas de los alrededores de Kiev, la capital.
Járkov -a unos 21 kilómetros de la frontera rusa- es ahora una de las ciudades que dificultan el avance ruso.
Al menos cinco personas murieron el domingo en un bombardeo contra un barrio residencial de esta localidad, que antes de la guerra tenía alrededor de 1,4 millones de habitantes. El lunes, otros ataques causaron al menos tres muertos, según las autoridades locales.
Los misiles cayeron cuando la AFP acababa de irse del "punto cero".
Los soldados ucranianos que se han instalado allí se han esforzado por ofrecer una apariencia de comodidad.
Hay un hombre metido en un saco de dormir, en tanto otro desmonta su fusil bajo la lámpara de un escritorio para limpiar algunas de piezas.
En una cocina improvisada, el vapor de una olla sobre una estufa proyecta sombras surrealistas en unos dibujos que han pintado niños para remontarle la moral a las tropas.
En torno a una mesa en la que hay un cuenco de zanahorias ralladas, una lata de leche condensada y un plato de mantequilla, un grupo de hombres intercambia opiniones sobre su trabajo.
"La guerra es como el ajedrez, quién va a ganar a quién", explica un teniente de 39 años que se presenta como "Shamil".
"No hay ninguna lógica aparente" en las tácticas de Rusia, dice. Pero aún así, advierte que los avances de Ucrania en las últimas semanas podrían ser el resultado de una treta de las tropas rusas, de una retirada estratégica.
"No sentimos emociones ni esperanzas innecesarias al respecto: nuestra tarea es empujar al enemigo hasta la frontera", afirma.
- Una larga guerra -
Cuando los hombres se preparan para abandonar el refugio, los rusos realizan un último movimiento: una salva de artillería cae demasiado cerca. El grupo se retira a un lugar seguro durante un tiempo antes de preparar la réplica.
A medida que la guerra entre Rusia y Ucrania se acerca a su tercer mes, existe la sensación de que ambos bandos se preparan para un brutal enfrentamiento.
En Járkov, las fuerzas ucranianas tienen la esperanza de poder hacer retroceder a las rusas, a pesar de que distritos enteros fueron devastados por los bombardeos.
Muchos de los residentes que quedan viven ahora en las estaciones de metro, a la espera de que termine la guerra.
"Cuanto más tiempo permanezcan en un lugar, cuanto más atrincherados estén, más difícil será eliminarlos", opina un sargento que se hace llamar Oreshek.
"Hay que hacerlos retroceder", sostiene. "Mi espíritu de lucha es bueno: siempre estoy listo para atacar".
(T.Burkhard--BBZ)