Rusia ataca fábrica de misiles cerca de Kiev y Zelenski pide más armas
Rusia, que prometió intensificar sus ataques contra Kiev, bombardeó el viernes cerca de esta capital una fábrica de misiles Neptune, con los que los ucranianos aseguran haber hundido el buque ruso "Moskva", y el presidente Volodimir Zelenski afirmó que la guerra podría ser mucho más corta si los países occidentales le entregaran las armas que solicita.
Un funcionario del Departamento de Defensa estadounidense afirmó que el crucero ruso, de 186 metros de eslora, fue alcanzado el jueves por dos misiles ucranianos y lo calificó de "gran golpe" para Rusia.
Rusia había dicho hasta ahora que el "Moskva" quedó dañado el miércoles por un incendio tras la explosión de sus propias municiones y que la tripulación - unos 500 hombres según las fuentes disponibles- había sido evacuada.
Unas afirmaciones que desmintió una oficial militar ucraniana. "Observamos cómo los barcos intentaban ayudar, pero incluso las fuerzas de la naturaleza estaban del lado de Ucrania", ya que "una tormenta impidió el rescate del barco y la evacuación de la tripulación", dijo Natalia Gumeniuk, portavoz del mando militar del sur de Ucrania.
"Somos perfectamente conscientes de que no nos lo perdonarán", añadió, refiriéndose a Rusia y a posibles nuevos ataques.
La pérdida del "Moskva" es un duro golpe para Rusia porque "aseguraba la cobertura aérea de otras naves durante sus operaciones, especialmente para el bombardeo de la costa y las maniobras de desembarco", explicó el portavoz de la administración militar de Odesa, Serguéi Bratchuk.
- Miedo a un ataque nuclear -
En ese contexto, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, consideró que "el mundo entero" debería estar "preocupado" por el riesgo de que su par ruso, Vladimir Putin, acorralado por sus reveses militares en Ucrania, utilice un arma nuclear táctica.
Zelenski se hizo eco de las declaraciones del director de la CIA, William Burns, que estimó esta semana que nadie debía "tomarse a la ligera la amenaza nuclear" por parte de Rusia.
En este contexto, Alemania, criticada por Ucrania y algunos aliados europeos por supuesta falta de apoyo a Kiev, anunció el viernes el desbloqueo de más de 1.000 millones de euros en ayuda militar para Ucrania.
En un nuevo mensaje de video, Zelenski reiteró a los países occidentales que pueden "hacer la guerra mucho más corta" si suministran a Kiev las armas que solicita.
Pero en una nota diplomática, Rusia advirtió a Estados Unidos y la OTAN contra el envío de armas "más sensibles" a Ucrania, juzgando que dichos equipos militares ponían "combustible en el fuego" y podrían provocar "consecuencias imprevisibles", según publica el diario Washington Post.
La Casa Blanca anunció esta semana un nuevo paquete de ayuda militar por valor de 800 millones de dólares que incluye helicópteros y vehículos blindados.
- Ataque en Kiev -
Por primera vez en dos semanas, Kiev fue nuevamente blanco de un ataque ruso. El objetivo fue una fábrica en las afueras de la capital donde se fabrican misiles Neptune con los que Ucrania asegura haber hundido el Moskva.
Según comprobaron periodistas de AFP, la planta y el edificio administrativo adyacente, situados a unos 30 km al suroeste de Kiev, registraron daños importantes.
Los rusos llevaron a cabo tres ataques el viernes en la región de Kiev, señaló su gobernador, Alexander Pavliuk, sin especificar si esto incluía el de la empresa Vizar.
Poco antes, el ministerio de Defensa ruso había amenazado con aumentar "el número y la magnitud de los ataques" contra la capital "en respuesta a todos los ataques de tipo terrorista y a los sabotajes" supuestamente perpetrados en su territorio, negados por parte de Ucrania.
Por otro lado, el responsable del Centro Nacional de Defensa ruso, Mijail Mizintsev, acusó a Kiev de estar preparando un ataque contra los civiles ucranianos que huyen de la región de Járkov (este) y acusar luego a los rusos de la masacre.
En ocasiones anteriores, Moscú ha culpado a Kiev de los ataques aparentemente perpetrados por las tropas rusas contra civiles ucranianos en ciudades como Mariúpol o Kramatorsk.
- Disparos contra evacuados -
La región de Járkov, cuya capital homónima es la segunda ciudad ucraniana, está siendo blanco de intensos bombardeos. La fiscalía informó el viernes de siete civiles muertos y 27 heridos por disparos contra autocares de evacuación.
Además, al menos diez personas murieron, entre ellos un bebé de siete meses, en un ataque contra una zona residencial de Járkov, dijo el gobernador regional, Oleg Sinegubov.
En Bucha, una localidad cerca de Kiev que se convirtió en el símbolo de las atrocidades atribuidas a las fuerzas rusas, el 95% de las personas halladas muertas fueron abatidas, declaró el jefe de la policía de la región de Kiev, Andrii Nebitov.
"Durante la ocupación (rusa) se disparaba a la gente por las calles (...) Es imposible esconder este tipo de crímenes en el siglo XXI. No solo hay testigos, sino que también fue grabado en video", dijo.
El alcalde de Bucha, Anatoli Fedoruk, aseguró que se habían encontrado más de 400 cuerpos tras la salida de las tropas rusas.
- Ataques en Donbás -
En el este de Ucrania, en la región del Donbás, Donetsk fue escenario de combates "en la línea del frente", en los que murieron tres personas y otras siete resultaron heridas, según la presidencia ucraniana.
Otra zona de esta cuenca minera, Lugansk, fue blanco de 24 bombardeos, que causaron dos muertos y 10 heridos, según la misma fuente.
Rusia, cuya gran ofensiva anunciada en el Donbás todavía no ha empezado, tiene problemas para controlar totalmente Mariúpol, un puerto estratégico del mar de Azov que le permitiría unir el Donbás con la península de Crimea, anexionada en 2014.
Esta ciudad, asediada desde hace más de 40 días, podría acarrear el peor balance de pérdidas humanas de esta guerra. Las autoridades ucranianas temen que haya unos 20.000 muertos.
Tras semanas de estrechar el cerco sobre la ciudad asediada, las tropas rusas encuentran resistencia especialmente en la extensa zona industrial en el litoral.
Un equipo de la AFP pudo acceder a Mariúpol a través de un viaje de prensa organizado por el ejército ruso y pudo comprobar los daños que dejaron los bombardeos constantes de la ciudad desde la invasión rusa el 24 de febrero.
"¡Mira nuestros bonitos edificios! La gente se calcinó en el interior", decía Galina Vasilieva, de 78 años, al señalar un edificio de nueve plantas completamente quemado.
La viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, señaló que casi 2.900 civiles habían sido evacuados de Mariúpol y de la vecina Berdiansk hacia Zaporiyia, bajo control de Kiev.
Durante una visita en Ucrania, David Beasley, el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), que pertenece a Naciones Unidas, solicitó acceder a las zonas y ciudades sitiadas, donde hay personas que "mueren de hambre".
(S.G.Stein--BBZ)