La caída de nuevas lluvias entorpece el rescate tras las inundaciones en Sudáfrica
Las nuevas lluvias que cayeron el sábado por la mañana en Sudáfrica ensombrecieron el cielo, empañaron las esperanzas de un avance de las tareas de rescate y aumentaron la amenaza de que haya deslaves, tras las inundaciones que dejaron casi 400 muertos y decenas de damnificados.
En total hay 398 personas muertas y 27 están reportadas como desparecidas. La mayoría de las víctimas de las lluvias que comenzaron el fin de semana pasado se concentraron en la región en torno a Durban, una ciudad portuaria de la provincia de KwaZulu-Natal (KZN), que da al Océano Índico.
Tras un corto respiro, "los daños siguen acumulándose con la lluvia de hoy que agrava la situación en las zonas afectadas", explicó a la AFP Shawn Herbst, de la empresa de primeros auxilios Netcare 911.
Puseletso Mofokeng, miembro del Instituto Nacional de Meteorología explicó a la AFP que aunque la lluvia actual es menos abundante, como el suelo ya está saturado de agua, podría haber muchísimas más inundaciones".
Las operaciones de rescate siguen activas, declaró a la AFP uno de los socorristas.
"Vamos a concentrarnos en las urgencias médicas", explicó Garrith Jamieson, director de los equipos.
Todavía hay decenas de personas reportadas como desaparecidas y el ejército desplegó a sus helicópteros y más de 4.000 policías están movilizados. Pero en el 6º día desde que comenzó la catástrofe, las esperanzas de encontrar supervivientes son mínimas.
"Pasamos de la fase de emergencia a la fase de recuperación centrada en la ayuda humanitaria y el restablecimiento de servicios", declaró a la AFP Robert McKenzie, uno de los socorristas.
Las fuertes lluvias arrastraron porciones enteras de caminos y numerosas infraestructuras colapsaron. El operador público de transporte intenta restablecer los principales ejes y la prioridad es reconstruir los puentes que dejaron aisladas a algunas zonas de la ciudad de más de 3,5 millones de habitantes.
Los hospitales, muy demandados por las urgencias, resultaron con daños y al menos 58 establecimientos de salud fueron "afectados de forma grave por las inundaciones", según el gobierno provincial.
- Un "pueblo que sufre" -
Cerca de 4.000 viviendas fueron arrasadas y hay más de 13.500 damnificados que quedaron sin techo.
Las autoridades organizaron albergues de emergencia pero faltan plazas y hay personas durmiendo en sillas o en planchas de cartón en el suelo.
En algunas zonas la electricidad y el agua está cortada desde el lunes y hay personas desesperadas sacando agua de las cañerías rotas.
Otros señalan que sus escasos víveres están podridos.
El presidente Cyril Ramaphosa calificó la tragedia como algo "nunca visto" en el país y se declaró el estado de catástrofe.
El gobierno desbloqueó un paquete de emergencia por 63 millones de euros y el millonario sudafricano Patrice Motsepe, donó 1,9 millones de euros, "al pueblo que sufre".
Las oenegés están movilizadas, hay distribución de alimentos y se formaron largas colas para conseguir un saco de arroz, pastas, botellas de agua y colchones.
En la víspera un grupo de voluntarios comenzaron a limpiar las playas, que habitualmente están llenas de familias y turistas.
Las lluvias también golpearon la provincia vecina de Eastern Cape y hubo inundaciones también en la zona de la ciudad costera de Port St Johns.
La ONG local Gift of the Givers registró cuatro muertos.
"El cuerpo de un niño pequeño fue encontrado ayer", indicó a la AFP Corene Conradie, coordinadora para esta provincia.
"Hay numerosas casas destruidas y al menos un centenar de familias están sin techo actualmente", señaló.
Sudáfrica suele librarse de las tormentas que cada año azotan a países vecinos como Mozambique y Madagascar durante la temporada de ciclones que va de noviembre hasta abril.
(G.Gruner--BBZ)